Algunas gotas doradas como el trigo
Nadaban entre cantos nublados
Diosas extasiadas en delirios
Eco de resonante piel
Rima, ¡tú!, la detonante infiel
Soñaban las salamandras
Nueve vidas azuladas
Ardían en sueños helados
Parasoles de amor calcinado
Eones soñando con dragones
Robando fuego de amargos colores.
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